De poetas y de locos...

Hoy me dirigía a una de mis faenas sabatinas y matutinas, cuando decidí que mi paladar necesitaba de algo dulce para echar arriba los ánimos. Me dirigí a la vitrina de los postres, elegí un brazo gitano (hacía tiempo que no comía uno, y el dressing no se veía nada mal), le dedique una de mis mejores sonrisas a la cajera, mientras le preguntaba "¿Cuánto es?", y me dirigí a una mesa cercana a la puerta de salida, como preparándome para una rápida escabullida después de acabarme mi postrecillo.

Luego de algunos segundos algo pasó, no me dí cuenta al instante, pero algo me decía que el ambiente había cambiado. Miré a mi alrededor y allí estaba. Justo en la mesa que estaba prácticamente contigua a la mía estaba ella, posada cual mariposa en una flor (por no decir mosca en un/una ***), una mujer con problemas mentales (la que en lo adelante llamaremos loca ).

De aspecto seriamente desgarbado: ropa sucia, cara sucia, cabellos sucios... , en fin. No me dió ningún mal olor (gracias a los 2 metros que nos separaban), pero mi percepción visual me hizo apretar las fosas por si acaso. Volteé a ver si algún empleado del lugar se iba a hacer cargo, pero nadie más pareció darse cuenta de la presencia de la señora aparte de mí y su amigo (voy a eso dentro de un momentito).

A pesar de todo no me pareció peligrosa, más bien me pareció inofensiva, así que decidí no hacerle caso y seguir ocupado en mi postre (no tan bueno como esperaba, pero suficiente para gustarme). Algo me interrumpió...

No se por qué nuestra amiga, que había llegado sola, comenzó a hablar, pero no de cualquier cosa, comenzó a hablar del hombre y su rebeldía a los mandatos de... adivinen quién... sí, del mismísimo Dios todopoderoso.

Lo que me pareció asombroso fue escuchar que hablaba con alguien, pero ese alguien era invisible (su amigo). No estaba vociferando, sino que hablaba como si se estuviera dirigiendo a una persona delante de ella, pero (ya mirando por segunda vez para estar seguro) ¡¡¡no habia nadie!!! Así que decidí ni mirar para su lado, no fuera a ser que yo me convirtiera en su próximo interlocutor.

Minutos más tarde, cuando me había terminado mi brazo gitano y me disponía a salir del lugar, ya había escuchado revelaciones de porque el mundo está como está(según sus conceptos por la avarícia del ser humano, muy acertado por cierto), parte de sus experiencias en el mundo religioso (un poco mundanas por cierto) y algo sobre el fin del mundo, a lo que no presté mucha atención.

Saliendo de allí sonreí, pero esta vez no para la cajera, sino para mi mismo. Pensé en como los lugares y las personas donde se encuentran las cajas de luces, no necesariamente vienen de las calles más iluminadas y adornadas, ni son el producto de ingenios de matemáticas perfectas, sino que pueden venir de un ser tan simple, cómico y apartado de la luz, como lo es un loco... paradójico, pero divinamente divertido.

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En la imagen la obra Retrato de una Loca de Théodore Géricault

Gaza: Enero 2009

Un aporte a la situación en Gaza
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Es de asombrar todavía
donde llega el ser humano,
cuando en forma tan sombría
hace daño a su hermano.

Destrozos, bombas, guerra y muerte,
llegan noticias de ultimo minuto,
yace en el lodo un niño inerte,
hoy el planeta está de luto.

Estalló una guerra maldita
en la antigua Palestina,
hay dolor en Tierra Bendita
donde la razón desatina.

Increíble que esto suceda
en la cuna del niño Dios,
¡corran!, salvese quien pueda,
ya van ochocientos treinta y dos.

Con unas armas que tienen culpa,
con unos túneles de enredo,
cerebros como fruta sin pulpa
y la vida importa un bledo.

Vean como son las cosas
cuando se conciben forzadas,
sobre cumbres borrascosas,
la humanidad fue olvidada

Que si Mahoma fue profeta
Que si Jesús fue sólo un hombre,
si de verdad eres asceta
sea la bondad la que te sobre.

Destrozos que el fanatismo
a traído a nuestro mundo
el viejo Oriente y su belicismo
en su accionar infecundo.