De poetas y de locos...
Hoy me dirigía a una de mis faenas sabatinas y matutinas, cuando decidí que mi paladar necesitaba de algo dulce para echar arriba los ánimos. Me dirigí a la vitrina de los postres, elegí un brazo gitano (hacía tiempo que no comía uno, y el dressing no se veía nada mal), le dedique una de mis mejores sonrisas a la cajera, mientras le preguntaba "¿Cuánto es?", y me dirigí a una mesa cercana a la puerta de salida, como preparándome para una rápida escabullida después de acabarme mi postrecillo. Luego de algunos segundos algo pasó, no me dí cuenta al instante, pero algo me decía que el ambiente había cambiado. Miré a mi alrededor y allí estaba. Justo en la mesa que estaba prácticamente contigua a la mía estaba ella, posada cual mariposa en una flor (por no decir mosca en un/una ***), una mujer con problemas mentales (la que en lo adelante llamaremos loca ). De aspecto seriamente desgarbado: ropa sucia, cara sucia, cabellos sucios... , en fin. No me dió ningún mal olor (gracias a...