22/04/2010

El Lavador




Observo. Sus facciones son la de cualquier asaltante. Mi mente prejuicia: Un ex-convicto. Cabello tipo afro, barba poblada y ojos como de tecato... Frunzo el ceño.

A todo este análisis de su persona, reflexiono. No entiendo. Me sorprendo. Bajo sus manos, va de un lado a otro un paño que mueve afanosamente para lograr su noble objetivo: Limpiar un Mercedes Benz C200, de un precioso gris plateado.

Pienso en el dueño. ¿Qué le estaría pasando por la cabeza? "Si fuera yo este carajo no le pone la mano ni al paño". Y es entonces cuando reflexiono:

Ante cualquier inocente
de mis prejuicios impuros
puede que esté el regente
de sentimientos más puros

Y sigo...

Detrás de cualquier cristiano
Desaliñado y sin un duro
puedes encontrar al hermano,
aquél del corazón más puro

Desde entonces no he vuelto a sacar conclusiones en base a la apariencia... porque después de todo... no conoces a alguién hasta que no estás en sus zapatos (o él en los tuyos :)

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