Pobres genios olvidados
en los andenes de Saturno,
por los dueños del condado
que temen perder el turno.
Tanta hambre en las costillas
llevan esos morenitos,
tan peladas sus rodillas,
tan comidos por mosquitos.
Te regalan melodías
extraídas de agujeros,
que son buena mercancía
de los reyes de los cerros.
¡Sal corriendo! arde el fuego
y nadie enciende la alarma,
no te creas el trasiego
de los que usan sus armas.
Mundo tieso de lagrimas
que se vierten y secan,
no te lleves de las animas
vamos, despierta, que esperas
11/03/2010
Para el Niño de la Calle
Categorías(*) y Autores:
* Poesía,
José Daniel Rosario Pérez
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