20/03/2009

El hombre trabajador

Como una de esas historias que te pegan en la cara, hoy, mientras tentado por el mundo me sentía desesperanzado de la gente y con ganas de exiliarme al primer rincón que me encontrara, me topé con un hombre, que me contó de su vida.

"Vengo de trabajar". Pienso que era de esperarse que estuviera cansado, más sin embargo, no demostró nunca tal situación. Lo acompañaban un montón de fundas. Pan, refrescos y uno que otro ajuar las llenaban. Me dijo, "esto que llevo es para mi mujer y mis hijos, a mi no me da el tiempo de ir a comer a la casa".

Pude ver sobre su espalda una mochila, que al parecer era el contenedor de las herramientas que le permitían "picar algo todos los días" y así deshacerse de los abusos que los precios del colmado hacian con su economía. "Esto me cuesta 50 en el colmado, mientras en el super sólo cuesta 29.95", decía mientras me enseña uno de los productos que había comprado.

Era increíble su expresión. Se le observava feliz, como si viviese en un gran castillo o tuviese una casa de veraneo en la playa, pero no tenía nada de aquello, ni siquiera una cuenta en el banco o un carro viejo, simplemente sonreía a la vida como si aquel hubiese sido un día perfecto.

Más tarde se alejó, como se alejan todas las experiencias, despacio o deprisa, pero siempre dejando una marca. Y me dije para mis adentros, "Aún quedamos..., quedamos hombres que admiramos la vida; que trabajamos, cuando los demás deciden holgazanear; que creemos en la unidad de la familia; que sabemos que con cada día que nos damos por entero, el cielo nos devuelve una vida, una existencia, una eternidad... Señor, Gracias por tu mensaje"

2 comentarios:

patxi pérez dijo...

Interesante blog....
Abrazos eternos....cuidate.

Unknown dijo...

Que bonito.. =)